La Facturación Electrónica en Panamá: un desafío para las profesiones liberales
Por Estherlyn Soto, Líder Estratégica de Alegra.com en Panamá
La reciente decisión del Pleno de la Corte Suprema de Justicia de Panamá, que declara inconstitucional la obligatoriedad de la facturación electrónica para las profesiones liberales, ha encendido un debate significativo en el país. Esta resolución, que marca un giro inesperado en la política fiscal, resalta la tensión entre la modernización de los procesos administrativos y la necesidad de garantizar derechos fundamentales en un contexto profesional específico.
El contexto de la Facturación Electrónica
La facturación electrónica se ha convertido en un estándar global en la administración tributaria. Este sistema promete aumentar la transparencia, reducir el fraude fiscal y mejorar la eficiencia en la gestión contable. En Panamá, la implementación de esta tecnología ha sido vista como una medida necesaria para modernizar el sistema tributario y alinearlo con las mejores prácticas internacionales.
No obstante, la reciente declaración de inconstitucionalidad por parte de la Corte Suprema introduce un elemento de incertidumbre. El fallo se basa en la premisa de que imponer la facturación electrónica a las profesiones liberales podría vulnerar ciertos derechos y garantías constitucionales. Entre las preocupaciones destacadas están la posible afectación a la privacidad profesional y la dificultad de adaptar la tecnología a sectores específicos con prácticas y necesidades particulares.
Implicaciones para las profesiones liberales
Las profesiones liberales, que abarcan desde médicos y abogados hasta arquitectos y consultores, operan bajo un marco que valora la autonomía y la flexibilidad en su gestión administrativa. La imposición de un sistema electrónico universal podría, en teoría, representar un cambio disruptivo para estos profesionales, quienes a menudo manejan prácticas altamente personalizadas.
En este contexto, el fallo de la Corte Suprema puede interpretarse como una defensa de la independencia profesional frente a una regulación que, aunque bien intencionada, podría no considerar adecuadamente las particularidades de cada sector. La preocupación es que una solución uniforme no siempre se ajuste a la diversidad de formas en que las profesiones liberales prestan sus servicios.
Consideraciones para el futuro
A pesar del rechazo actual, la necesidad de avanzar hacia un sistema tributario más eficiente y transparente sigue siendo crucial. Sin embargo, el desafío radica en encontrar un equilibrio que permita a las profesiones liberales adaptarse a la digitalización sin comprometer sus derechos y formas de trabajo. Algunas posibles vías para resolver este dilema incluyen:
- Excepciones y adaptaciones: En lugar de una obligatoriedad general, se podrían diseñar excepciones específicas para las profesiones liberales, permitiendo adaptaciones que se alineen con sus prácticas únicas.
- Consultas y participación: Fomentar un diálogo abierto entre los reguladores y las profesiones afectadas para desarrollar una solución consensuada que contemple las necesidades y preocupaciones de ambas partes.
- Capacitación y soporte: Proveer soporte técnico y capacitación adecuados para facilitar la transición al sistema electrónico, especialmente en sectores donde la infraestructura tecnológica aún está en desarrollo.
La facturación electrónica representa una oportunidad para modernizar el sistema tributario, pero su aplicación debe ser cuidadosa y considerada para evitar impactos negativos en la autonomía y la eficacia de las profesiones liberales. Es fundamental que el diálogo continúe para encontrar una solución que combine innovación con equidad y respeto por las particularidades profesionales.